expr:class='"loading" + data:blog.mobileClass'>



“Te echo de menos”

Siempre echando de menos.

¿Y si lo que echamos de menos no es alguien?

¿Y si lo que echamos de menos no es real?

¿Y si lo que echamos de menos, lo echamos de menos por hecho de serlo y no de quererlo?

¿Y si lo que echamos de menos es amar?

Amar, cómo nos acojona. 
Tanta vulnerabilidad nos aterra. 
Cómo nos gusta aparentar invierno,
cuando la calidez acecha. 

Pero, 

¿Y si apostamos alto y nos la jugamos?

¿Y si antes de buscar almas que abrazar las tardes de domingo, 
nos encontramos donde solíamos gritar, al ritmo de Love of Lesbian
y al compás de tus latidos en pleno ataque de risa?

Dime.

¿Y si nos atrevemos a amarnos a nosotros mismos? 


Más que a tu banda sonora favorita, más que al último sorbo de batido, más que a la carcajada contagiosa, más que a las cervezas improvisadas, más que a las lágrimas de felicidad, más que a la película de tu infancia, más que a las rosas rojas, más que a los días de niebla en Madrid, más que a las fotografías analógicas, más que al buen polvo mañanero, más que a la libertad del mar, más que a las ganas de bailar en plena lluvia, más que nada, porque nada ni nadie, es tan eterno como tu para ti.



No hay comentarios:

Publicar un comentario